“Cuando llegué a hacer la denuncia, escuché en la Policía que estaban pidiendo refuerzos para encontrar una camioneta Toyota Hilux. Era la misma que me había chocado a mí”, contó a LA GACETA Juan Francisco Juárez, quien ayer vivió una mañana de tensión y bronca, primero en Banda del Río Salí y luego en Alderetes.
Todo comenzó cerca de las 10 de la mañana cuando tres asaltantes abordaron a un hombre oriundo de Villa 9 de Julio que manejaba su camioneta por El Corte, en Alderetes. Según fuentes policiales, este robo fue muy rápido. En cuestión de segundos, “Tumbero” -uno de los ladrones- se encontraba tras el volante con uno de sus cómplices al lado y el otro, en el asiento trasero.
Con la sola idea de escapar, viajaron a gran velocidad por las calles hasta que pronto se vieron en la calle Constitución del barrio Alberdi de La Banda. Allí se cruzaron con Juárez.
Alterado
“En una de las esquinas, ellos se metieron marcha atrás como para dar la vuelta y salieron muy rápido. Yo aceleré un poco y eso evitó que me chocaran en la puerta, pero de todos modos el impacto fue muy fuerte. Tanto que mi nieto, que estaba conmigo, comenzó a llorar. Él es lo más maravilloso que tengo. Al verlo así me enceguecí y los seguí”, comentó Juárez.
El hopmbre explica su enojo: en 2012 su hijo Pablo Alejandro Juárez, un joven futbolista de 20 años, fue asesinado de un disparo por barrbravas de Atlético Concepción. La tarde en que lo enterraron era el mismo día que la familia había elegido para bautizar al pequeño hijo de cuatro meses del joven fallecido. El mismo niño que ayer acompañaba a su abuelo cuando tres ladrones los chocaron con una camioneta robada.
La Toyota Hilux escapó por detrás del ingenio y recorrió a gran velocidad todos los asentamientos que allí se ubican, algo que sorprendió a los vecinos de la zona. “Ellos me señalaban por dónde se habían ido”, juró el denunciante.
La persecución
Juárez siguió a la camioneta que lo había chocado para arreglar el tema del seguro hasta la calle 20 de Junio de Alderetes. Cuando los alcanzó, quiso hablar con el conductor pero pronto se bajó el hombre que iba en el asiento trasero y le dijo “ya vamos a arreglar”. Acto seguido le arrebató el celular.
“Después de sacármelo se subió a la camioneta y desde ahí me tiró una patada. Yo le agarré la pierna y empezamos a forcejear hasta que vino otro, el que estaba sentado en el asiento del acompañante, y me dio una trompada”, explicó. La víctima del robo todavía estaba confundida por el golpe cuando escuchó el ruido de un motor y por instinto atinó a correrse. Al lado suyo, a toda velocidad, salió la camioneta. Si no se hubiera movido, le habrían pasado por encima.
Luego de toda esta situación, el hombre decidió ir hasta la base de la Patrulla Motorizada del 911 de Alderetes. Allí notó un pequeño revuelo y escuchó entre las comunicaciones que los efectivos hacían a los gritos, que se pedían varios refuerzos para perseguir a la camioneta que lo había chocado, a cuyos ocupantes él todavía no había denunciado. El que los había acusado era el dueño de la Toyota Hilux.
Operativo cerrojo
Esto fue confirmado por fuentes policiales. La Motorizada, a cargo de los comisarios Pablo Velardez y Luis Lazarte, ejecutó un gran operativo cerrojo hasta que dos agentes dieron con el vehículo e hicieron bajar a los ocupantes. En ese momento, dos de los ladrones lograron escapar mientras los efectivos reducían a “Tumbero”, el conductor y presunto líder del grupo.
Por lo que se pudo saber, el hombre aprehendido tiene 30 años y tendría antecedentes. La fiscalía de turno ordenó que la Regional Este lo presente hoy en Tribunales, para que declare. A través de él, intentarán llegar a sus cómplices.